lunes, 14 de mayo de 2012

Como usar el miedo colectivo en la economia mundial

Crisis, prima de riesgo y presión de los mercados son los 'cocos' del siglo XXI que nos atemorizan. Saber cómo se utilizan estos elementos para asustar es el primer paso para neutralizar su poder.
El miedo es un sentimiento funcional y adaptativo que permite sobrevivir al ser humano. Pero también es un sentimiento que se puede manipular para someter a las personas. La historia está plagada de ejemplos: desde el temor a las brujas en la Edad Media, hasta el miedo que los alemanes comenzaron a sentir ante una supuesta dominación judia o el actual por los indicadores económicos.
Los estrategas del miedo saben bien cómo ser más eficaces. Para el psicólogo Luis Muiño, "la actual crisis económica es una de las épocas históricas en las que se está utilizando el miedo y los que lo inducen han conseguido paralizarnos. Funcionamos a través de lo que los demás nos dicen, y ahora lo que nos dicen es que debemos temer a la prima de riesgo, aunque la mayoría de los ciudadanos no sabe lo que es. Y este es el problema".
La globalización hace aún más efectiva la estrategia. "Los 'traficantes del miedo' siempre han creado palabras e imágenes que se fijen en el mayor número de personas. Ahora es más sencillo, puesto que los titulares de los periódicos, por ejemplo, llegan a miles de personas casi de forma instantánea".
"Es un miedo más poderoso que el del pasado. Ahora, la gente nunca está aterrorizada, pero siempre está asustada".
Otra característica del momento actual es que "el miedo es más difuso por lo que es más difícil de luchar contra él. ¿Cómo se desmiente la posibilidad de un cataclismo económico?", apunta Muiño. "Es un miedo más poderoso que el del pasado. Ahora, la gente nunca está aterrorizada, pero siempre está asustada".
Los señores del miedo

¿Quienes son los 'profesionales del miedo'? El psicólogo no tiene dudas: "Los que manejan la bolsa porque les conviene que se venga abajo la economía de ciertos países; los medios de comunicación, porque las malas noticias son las que más venden, y los políticos, porque meter miedo con lo que hacen los del partido contrario es su estrategia fundamental".
Según el profesor Guillermo Fouce, de la Universidad Carlos III de Madrid, "antes, los políticos nos estructuraban un mundo utópico, pero eso se acabó. Ahora han encontrado otra alternativa: grandes riesgos y situaciones complicadas a las que ellos pueden responder".
El mejor antídoto contra el miedo es la información. "Cuando uno se da cuenta de que está inmerso en una estrategia de manipulación es cuando reacciona. Pero ahora la sociedad está en estado de shock y no reacciona. Informar y hacer pedagogía es el principal instrumento con el que contamos", subraya Fouce.
"Los temores son irreales. Objetivamente vivimos en las sociedades más seguras, pero la percepción es que hay más miedo".
Así, su mensaje para que la población combata el miedo es que "tome conciencia de que esos miedos son irreales y ficticios, además de interesados. Con datos objetivos, vivimos en las sociedades más seguras, pero la percepción es que hay más miedo".
Fouce no niega que la realidad económica es mala, pero "lo negativo se magnifica y expande y eso deforma la realidad. ¿Donde está la prima de riesgo? ¿Qué son los mercados? ¿Dónde están las amenazas de las que nos hablan todos los días? No podemos identificarlos".
El profesor sostiene que "la estrategia es intencionada y está pensada para paralizarnos. Sólo así asumiremos cambios que no aceptaríamos en otras circunstancias".
Días contados

¿Cómo evolucionará la situación a corto plazo?. Luis Mouiño sostiene que "llega un tiempo en el que los cenizos y los agoreros desaparecen porque la gente se cansa de mensajes negativos. Llevamos varios años con esta estrategia y creo que le quedan meses. Eso se está viendo en los mensajes de Twitter y en los periódicos, en los que las noticias más leídas ya no son las más tristes".
Por el contrario, Guillermo Fouce piensa que "la estrategia aún tiene recorrido. Comenzó con los atentados del 11-S y aún sigue siendo eficaz". Y no oculta su inquietud: "Se está tensando demasiado la cuerda, y el panorama es desolador. Cuando la gente no tiene futuro, pierde el miedo y la situación es explosiva; y el caldo de cultivo no es nada positivo".
Mouiño no se resigna y propone unos trucos para 'resistir a los cenizos: "el colectivismo, porque el miedo deja de funcionar cuando la gente se apoya; la risa y el humor son lo más importante para quitar el miedo; y asumir que podemos hacer algo para cambiar la situación quita mucho miedo".