Las controvertidas participaciones preferentes eran un instrumento
que Caixanova consideraba “esencial” para mejorar el coeficiente de
solvencia de la entidad. Este tipo de acciones, que han sido calificadas
como “de alta complejidad” por la Comisión Nacional del Mercado de
Valores, se han convertido en la pesadilla de miles de ahorradores que
no pueden recuperar el dinero que invirtieron en ellas, confiados en que
se trataba de una especie de depósito que les permitía disponer de su
dinero en cualquier momento.
A través de diversos documentos internos a los que ha tenido acceso
EL PAÍS puede comprobarse que la dirección de la entidad diseñó en 2009
un plan de actuación en el que la venta de participaciones preferentes y
la de obligaciones subordinadas a los pequeños ahorradores era un
“pilar básico”. El objetivo era aumentar en un punto el coeficiente de
solvencia y “dotar de fortaleza financiera a la entidad para que siga
manteniendo su robustez en relación a la inversión crediticia”.
Esta estrategia llegó en un momento en el que ya había entrado en
vigor una normativa europea que obligaba a realizar test de idoneidad a
los posibles compradores de este tipo de productos financieros para
evitar que se vendiesen a personas poco avezadas en los mercados. Sin
embargo, las participaciones preferentes continuaron vendiéndose a todo
tipo de ahorradores. Muchos de ellos han explicado que los directores y
otros empleados de sucursales nunca les advirtieron de que invertían en
un producto arriesgado y que podrían llegar a ver bloqueados sus
ahorros, como ocurre en la actualidad.
En mayo de 2009, el departamento de Marketing de Particulares de
Caixanova enviaba una circular interna en la que se explicaba a los
responsables de las sucursales la importancia de la emisión de
participaciones preferentes, por valor de 130 millones de euros, que la
entidad iba a lanzar ese mismo mes.
La inversión mínima para los inversores se situaba en 1.000 euros, lo
que confirma que se trataba de captar fondos de pequeños ahorradores.
Entre los objetivos a cumplir con la emisión la circular cita: la
dotación de recursos propios de primera categoría, el cumplimientos de
los ratios de solvencia, el sostenimiento de la inversión crediticia, la
ampliación de los límites de concentración de riesgos y la posibilidad
de acometer proyectos estratégicos.
En el documento adjunto a la circular se indica que para
que los inversores puedan recuperar el dinero hay que solicitar que las
participaciones sean ofrecidas en el mercado secundario en el que
cotizan y “se espera” que en el plazo de un mes pueda realizarse el
desembolso de las mismas. En la práctica lo que ocurrió es que, hasta
mediados del año pasado, los ahorradores recuperaban su dinero sin
mayores problemas porque las participaciones que vendían eran colocadas a
otros clientes. En los últimos meses ya ha sido imposible encontrar
nuevos inversores lo que ha conducido a la situación actual.
Según lo que se refleja en otros documentos consultados por EL PAIS,
Caixanova pasó de no hacer especiales indicaciones sobre el tipo de
clientes al que se debía ofrecer este producto (circular de septiembre
de 2004) a dar instrucciones concretas sobre el tipo de inversor al que
debía ofrecerse las participaciones preferentes (circular de mayo de
2009). Lo más probable es que la directiva europea que obligaba a no
distribuir este producto a cualquier tipo de ahorrador haya tenido
influencia en este cambio de actitud. En 2009 Caixanova aclaraba a sus
empleados que era “prudente” que los clientes no invirtiesen más del 20%
de sus ahorros en un producto que calificaban como “de riesgo medio”.
También se advertía de que el potencial cliente debía realizar un test
de idoneidad. A continuación se indicaba que si el resultado del test
era “no conveniente” se debía informar al cliente sobre los riesgos de
la operación “pudiendo el cliente seguir con la contratación o no, tras
la advertencia expresa de no conveniencia”.
Parece evidente que estas instrucciones no se siguieron en muchos
casos, ya que varios ahorradores que adquirieron preferentes en 2009
explicaron que nunca se les realizó el citado test de idoneidad y que
siempre se les dijo que podrían recuperar su dinero en cualquier momento
que lo solicitasen.
De las indicaciones realizadas a los empleados se deduce que la
dirección de la entidad nunca contemplo la posibilidad de que pudiesen
dejar de pagarse los intereses correspondientes a las preferentes, tal y
como sucede desde hace dos meses. “El pago del interés está
condicionado a que la caja obtenga un beneficio distribuible suficiente
para efectuar el pago, lo cual siempre se ha cumplido a lo largo de la
dilatada historia de Caixanova”, indica la citada circular de 2004.
Evidentemente, era difícil prever entonces una crisis financiera como la
actual, pero tampoco en las circulares emitidas en 2009 se hacía
hincapié a los empleados para que advirtiesen a los clientes de las
dificultades que podía haber para cobrar los intereses o recuperar sus
ahorros con rapidez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario