lunes, 4 de junio de 2012

Presiones empleados Caixanova sobre preferentes

Un director de una antigua oficina de Caixanova en la provincia de Pontevedra explica que las presiones que recibían los empleados para colocar las preferentes a los ahorradores eran “muy fuertes” y siempre se les decía que era un producto con líquidez inmediata y garantizado “al 100%”.

Los problemas comenzaron a intuirse con la última emisión de participaciones preferentes, realizada en 2009, cuando la CNMV incrementó su vigilancia sobre un producto que, por su complejidad, no debía distribuirse a ahorradores que no querían estar sujetos a los vaivenes del mercado.

El director, que prefiere mantenerse en el anonimato, señala que los empleados del nuevo banco ni siquiera tuvieron conocimiento de que la entidad iba a dejar de pagar los intereses que producían las preferentes hasta el último minuto. “El día antes de que se anunciase que ya no se podían pagar los intereses todavía nos decían que aguantaramos el tipo y les dijesemos a los clientes que se iba a encontrar una solución. Nos dejaron con el culo al aire”, explica el empleado.

Aunque este director de oficina es consciente de que a los suscripitores de este tipo de productos no hay que facilitarles una cartilla, explica que a algunos sí que se les facilitaba una libreta. Se supone que la intención era que tuviesen constancia de su inversión con un formato al que estaban más acostumbrados. El problema es que la cartilla reforzaba la idea de que el producto contratado era un depósito y no las temidas preferentes, de las que la mayoría solo escucharon hablar hace unos meses, cuando estalló el escándalo.

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