La Unión Europea pedirá a España como condición para recibir
el rescate bancario de hasta 100.000 millones de euros pactado el
pasado fin de semana que cierre las entidades problemáticas cuya quiebra no desestabilice la economía.
"No tenemos por qué salvar a todos los bancos si no es estrictamente
necesario", ha asegurado un alto funcionario europeo. "Hay casos en que
habrá que liquidar entidades", ha agregado. El Gobierno, por su parte,
ha recalcado que no tiene intención de liquidar ninguna entidad
financiera.
Ningún banco con problemas recibirá ayuda
hasta que no presente un plan de reestructuración que garantice su
viabilidad futura sin subvenciones y limite las distorsiones de
competencia. Además, las entidades que pidan fondos públicos deberán abonar un interés de al menos el 8,5%
(frente a entre el 3% y el 4% que pagará España por la ayuda europea).
El objetivo de este tipo "casi prohibitivo" es empujar a los bancos a
intentar al máximo lograr la recapitalización a través de mecanismos de
mercado, con la venta de activos o fusiones.
Joaquín Almunia
precisa que uno de los tres bancos nacionalizados: Novagalicia,
Catalunya Caixa y Banco de Valencia, podría acabar siendo liquidado. Uno
de los tres, según las intenciones de las autoridades españolas, esta
encaminado hacia una liquidación para que no sea una preocupación
constante tras la reestructuración", según declaraciones recogidas por
la agencia Reuters.
Pese a estas declaraciones el secretario de
Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, ha rechazado hoy de plano
la posibilidad de que el Gobierno cierre algunos bancos en el marco de
la reestructuración financiera, ya que lo que se hará tras recibir la
ayuda será "algo muy parecido" a lo que se ha hecho hasta ahora desde el
Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
"Si alguna
entidad por los mecanismos de mercado no llega a cubrir esas necesidades
y se considera que su liquidación podría tener un impacto sistémico en
la economía española ahí habría intervención pública, con condiciones
muy estrictas", han explicado las fuentes consultadas. La UE quiere
"evitar al máximo que se utilice dinero público", de modo que "si hay
entidades que deben quebrar, quebrarán".
Bruselas cree que pude
haber actores en el mercado, tanto nacionales como internacionales,
interesados en adquirir activos en el mercado bancario español. Aunque
en estos momentos ninguna operación puede considerarse libre de riesgo,
"hay inversiones que pueden ser prometedoras" porque la crisis terminará
y el sistema financiero español resulta "interesante" por su proyección
en otras regiones del mundo como América Latina. "Puede interesar a los
inversores que quieran apostar a largo plazo", señalan las fuentes.
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